Abate Faria
Registrado: 01 Abr 2010, 01:22 Mensajes: 51
|
Sólo las personas podemos cambiar de opinión
No entiendo por qué nos empeñamos a veces en defender a ultranza una posición, en no dar nuestro brazo a torcer, incluso en casos en los que hay pruebas irrefutables de que estamos equivocados. Diariamente, en nuestra ornitología, asistimos a las intervenciones de determinados personajes que han radicalizado sus opiniones hasta el punto de llegar a ser extremistas que ni saben lo que dicen, ni miden el alcance de las palabras que escriben, pues en su afán de defender unas ideas fijas e inamovibles, son capaces de llevarse por delante a cualquier persona que se interponga en su labor predicadora. Más aun me sorprende leer como algunos de esos personajes que se las saben dar de “cultos”, pues más bien intuyo que escriben junto a un diccionario de sinónimos, le han tomado el gusto a una serie de calificativos que son muy prolíficos en sus escritos, tanto, que tan sólo leer un párrafo basta para saber el autor de la obra. Se repiten uno tras otro las descalificaciones, los insultos y siempre una tras otra la misma cantinela. Pero de todo lo que en los foros se dice lo que más me asombra es como se defiende a capa y espada el razonamiento único, las ideas fijas y la invariabilidad de la opinión de las personas. Intentaré explicarme mejor: Hay personas que sienten más hombres, o más honorables que otras por que repiten una y otra vez las mismas consignas, por que se quedan anclados en una idea, en un razonamiento del cual nadie les va a mover por más que sean clamorosos los acontecimientos ocurridos en los últimos tiempos en Focde. Hablo de aquellos que siguen viendo las causas de los problemas de Focde en aquellos que un día fuimos expulsados de Focde y supimos emprender nuestro camino. Esas personas no llegan a entender que ayer unos defendieran no ya a Focde, sino la gestión de quienes la dirigen y que hoy, en vista de los acontecimientos, sean los primeros detractores de esta gestión. Estos radicales son aquellos cuyas mentes obtusas e invariables les impiden asimilar el razonamiento más sencillo al que cualquier persona madura puede llegar: “podemos cambiar de opinión” . Toda esta polémica, la de los que defienden un bando, la de los que defienden a otro, la de los defensores de Cossío, la de los traidores… se entiende fácilmente si comprendemos que como personas inteligentes que somos, podemos cambiar de parecer. Como personas inteligentes que somos, podemos hoy defender con gran ímpetu una idea, dejándonos incluso “la vida ” en ello. Es aun más inteligente y de persona más madura defender mañana la idea opuesta si hemos logrado comprender que estábamos equivocados en nuestros postulados, o mucho más simple aun: “que simplemente la situación ha cambiado”. No podemos permanecer inamovibles siempre en la misma idea, en la misma posición, al menos no siempre que las circunstancias varíen. Aquellos que pregonan lo contrario lo hacen afectados por un pensamiento fijo, antidemocrático, incapaz de descentrar el punto de vista y posicionándose siempre de forma agresiva, atacando de forma incesante a todo aquel que piensa de forma desigual a él. Entiendo a las personas que un día defendieron la gestión de Cossío, entiendo incluso que lo hicieran con gran determinación. Su actitud demostró que eran personas con gran arrojo y que estaban dispuestos a dejarse el pellejo por defender aquello por lo que luchaban. Hoy, si tras la lamentable Asamblea de Focde, se posicionan en contra de quienes la dirigen, demuestran un alto grado de madurez, y una gran independencia en sus ideas, y por supuesto una mayor racionalidad que aquellos que niegan la evidencia de los hechos. Después de tantos años al frente de Focde, no podemos pedir a quienes la gestionan que cambien su forma de proceder, pues es intrínseca a su condición de persona, ya no los podemos cambiar. Por lo que veo muy difícil “cambiar Focde desde dentro” mientras permanezcan al frente de su gestión las personas que actualmente existen. Lamentablemente, las personas somos incapaces de “desaprender” las cosas, y mucho menos aquellas que ya se han convertido en un hábito. Afortunadamente sí podemos cambiar de opinión. Y yo, como aquel psicólogo soviético, cuyo nombre es impronunciable, hago buena su idea: “considero estúpido a todo aquel que se identifica como hombre de ideas fijas, pues precisamente lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de cambiar de opinión”.
Es por lo que pienso que debemos respetar a aquellos que, siendo hasta hace poco defensores de una idea, hoy tienen una visión diferente, porque precisamente es esa capacidad de cambiar de opinión, la que los distinguen como personas democráticas y dispuestas al cambio, de aquellas otras personas de ideas ancladas en el más absoluto radicalismo. Debemos respetar incluso que vuelvan a cambiar de opinión y se queden donde están, son libres de cambiar de opinión y los demás estamos obligados a respetar sus decisiones.
El Abate Faria.
|